Donde florece la juventud, florece la esperanza.
Actualmente hay cientos de formas de expresarnos pero, el amor por las flores, y la capacidad de expresarse a través de ellas, es una de las formas más bellas de crecer y aprender.
El lenguaje de las flores
El lenguaje de las flores, también conocido como floriografía, era un medio de comunicación utilizado en la época victoriana. En aquella época, la gente recurría a distintos tipos de flores y arreglos florales para enviar mensajes codificados con el fin de expresar y dar a conocer sentimientos que de otro modo nunca podrían hablarse.
Como todo amante de las flores sabe, éstas tienen un lenguaje propio. En la antigüedad, las flores eran una forma distinta de expresar gratitud, aprecio, esperanza y muchos otros sentimientos que no se podían decir y, desde entonces, el lenguaje de las flores se ha transmitido de cultura en cultura y de generación en generación. Hoy en día, uno de los únicos vestigios que aún permanecen a través del tiempo es el significado de las rosas rojas, que como muchos saben, están relacionadas con el amor y la pasión.
Con el tiempo hemos aprendido a dar un significado a cada flor en función de su textura, color, fragancia y aspecto. Por ejemplo, la rosa amarilla indica amistad. Entre otras, la rosa blanca simboliza una mezcla de sentimientos; la margarita significa pureza; el clavel, nobleza; el lirio, inocencia; la gardenia, alegría; el crisantemo, eternidad; el girasol, adoración; el jazmín blanco, bondad; el crisantemo rojo, te quiero. Pero, además de la variedad a la que pertenece, el color de una flor también tiene un mensaje que dar. Las flores blancas son como los diamantes, representan la pureza, la elegancia y la calma. Las flores naranjas son las flores de la confianza en uno mismo y la superación personal. El rojo es el color más excitante y puede significar amor, pasión, acción y agresividad. Las flores azules son enigmáticas, misteriosas y tienen una connotación sentimental. El verde es un color relajante y refrescante que induce a la serenidad y la armonía. Las flores amarillas representan la juventud, la energía, la vitalidad y la felicidad, la salida del sol y el comienzo de la vida.
Una forma de expresar los sentimientos
A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a diferentes etapas y cambios que nos ayudan a fortalecernos y crecer emocionalmente, pero una de las etapas más difíciles de nuestra vida es la juventud. En esta época la intensidad emocional y la incertidumbre aumentan, el miedo y la tristeza suelen estar presentes y todos estos sentimientos dificultan expresarnos adecuadamente.
Cuando somos jóvenes, es difícil encontrar la manera adecuada de decir lo que sentimos y cómo proyectar nuestras emociones, por lo que resulta agotador entablar relaciones interpersonales. Por eso esta etapa se basa en tener mil cosas que decir y no saber cómo expresarlas. PERO ¡ESPERA! ¿Por qué no utilizar el poder de las flores para expresar lo que las palabras no siempre son capaces de decir?
Regalar flores siempre ha sido una forma de expresar nuestros sentimientos sin tener que decir nada. Es una forma de sorprender a la otra persona con su belleza y fragancia, y de asegurarnos de que no lo olvidará tan fácilmente. Una de las mejores formas de expresar sentimientos es regalando flores o utilizándolas para decorar tus espacios. Aunque las flores se marchitan en poco tiempo, son un elemento de color y vida que transmiten los mejores sentimientos. Son el mejor regalo para cualquier ocasión y resultan memorables para todos.
No todas las flores significan necesariamente una declaración de amor. Al igual que son innumerables los sentimientos que podemos sentir por alguien, las flores también tienen su propio significado. Un ramo de flores que venga de una persona especial o de un amigo no sólo servirá para decorar un espacio, también es un recordatorio de que alguien nos estima y nos quiere. Las flores alegran, levantan el ánimo y despiertan afecto hacia alguien. Pero no sólo recibir flores nos emociona, ¡también ofrecerlas como regalo! Quienes regalan flores son vistos como personas agradables, simpáticas y que inspiran confianza.
Poder expresarnos con flores nos permite utilizar un elemento vivo y colorido para mostrar a los demás nuestras intenciones, deseos y emociones. Nos permite mejorar nuestras relaciones con los demás y nos mantiene en un estado de calma y armonía. Las flores son buenas para la salud: relajan, tranquilizan, sirven de fuente de inspiración, mejoran la salud emocional y, sobre todo, alegran el día a quien las recibe. Por eso son necesarias en momentos de incertidumbre y angustia, rodeándonos en épocas de cambio.
Un complemento ideal para tu vida en cualquier ocasión
Cuando somos jóvenes, es difícil reconocer qué momentos concretos generan emociones y, sobre todo, cuáles generan felicidad; y en esos momentos concretos, cuando necesitamos más energía y motivación, las flores pueden convertirse en nuestro mejor aliado. Las flores no sólo mejoran la calidad del aire que respiramos, las propias flores son capaces de generar felicidad y bienestar y son uno de los productos más bellos de la naturaleza.
Las flores pueden transformar cualquier momento y convertirlo en algo especial. Pueden representar vida y energía. Un espacio con flores crea un ambiente tan confortable y agradable que induce sentimientos emocionales positivos. Invertir en un ramo de flores no sólo significa invertir en un elemento decorativo, también significa invertir en nuestro bienestar a cualquier edad. PERO RECUERDE Bienestar es también saber reconocer ese término que utilizamos con frecuencia cuando sentimos que vamos bien por el camino de la vida: florecer.
Es importante aprender a expresar nuestras emociones con eficacia. Esto nos permitirá reducir el estrés y nos hará sentir más libres. Al mismo tiempo, aumentará nuestra empatía y nuestro nivel de comprensión de distintas situaciones. Expresarnos mejora nuestra autoestima y permite que los demás nos conozcan mejor. Nos da la capacidad de resolver problemas e incluso prevenirlos a través de la comunicación.
Los jóvenes adultos que son capaces de comunicarse y expresar sus sentimientos con eficacia, adquieren la posibilidad de continuar una vida social y emocionalmente responsable, cualidades que les permiten crecer personal y profesionalmente. Para crecer, hay que reforzar la arquitectura psicológica formada por la autoestima, la determinación, la motivación y la confianza en uno mismo, comprometerse con uno mismo, con los sueños y con las personas que uno quiere. Al utilizar el poder de las flores para lograr estos objetivos, estás creando una forma diferente e innovadora de obtener la estabilidad necesaria en esta fase. Cuando los jóvenes florecen, crece en ellos la esperanza de un futuro más optimista, seguro y eficaz.
Los seres humanos florecen como florecen las flores. Esto no es visible a corto plazo. A veces creemos que no nos movemos cuando en realidad sí lo hacemos. Avanzamos discretamente y nos desplegamos como los pétalos de una flor, apenas perceptible de inmediato pero espectacular cuando lo observamos con la perspectiva del tiempo. La perspectiva del tiempo nos hace valorar las capacidades, habilidades y talentos que, con el esfuerzo diario y las condiciones adecuadas, acaban floreciendo. Siéntete capacitado para manejar la adversidad y volver a florecer después de haber sufrido.
Ahora es el momento de empezar a expresar tus emociones con flores, porque como se suele decir, ¡a veces una flor dice más que mil palabras!